martes, 18 de diciembre de 2012

APRENDIZAJE SOCIAL

Uno de los principales aportes de Bandura y sus colaboradores es el estudio  del aprendizaje como consecuencia de la interacciòn e imitaciòn sociales, màs conocido como aprendizaje social. De acuerdo a los estudios de este notable investigador y su equipo, suponen que todos nosotros, especialmente los niños, adquirimos grandes unidades de comportamiento observando e imitando a otros. De acuerdo con Bandura, existen por lo menos tres efectos de la exposiciòn de modelos (los padres, los maestros, los amigos o ciertas personas famosas) que producen cambios de comportamiento. Estos efectos son:

  1. Efecto modelador: Los niños pueden copiar una pauta de respuesta completamente nueva que hasta entonces no figuraba en su repertorio del comportamiento. Un ejemplo clàsico del efecto modelador fue el gesto de la celebraciòn de los goles del futbolista Marcelo Salas  con una rodilla en el suelo, brazo derecho extendido hacia lo alto y con el dedo ìndice apuntando al cielo. Este gesto fue imitado por cientos de niños que celebraban el gol de esa manera. Lamentablemente los gestos groseros tambièn tienen un fuerte efecto modelador y muchas veces son imitados por los niños, especialmente los màs pequeños. En este sentido debemos tener sumo cuidado con nuestros gestos, nuestros dichos o actitudes ya que ellos son ràpidamente imitados por los màs pequeños.
  2. Inhibidores o desinhibidores:La observaciòn de un modelo puede inducir a los niños a modificar sus propias respuestas establecidas, fortaleciendo o inhibiendo dichas respuestas. De esta manera, los niños ven que cierto tipo de comportamiento, considerado como castigable, permanece como impune, es menos probable que inhiban sus conductas  en ocasiones similares posteriores. Por ejemplo, si un niño o niña ha aprendido que no es bueno copiar en una prueba, pero ve que un compañero es sorprendido en este acto y no recibe sanciòn ni reprimenda, este niño cuando tenga la necesidad de copiar lo harà, porque se ha dado cuenta de que la conducta de copiar permanece impune. En efecto, la sensaciòn de impunidad harà que la conducta de copiar no tenga inhibidores que la eviten, por el contrario, esa impunidad actuarà como un deshinibidor  de dicha conducta.
  3. Efecto de facilitaciòn de la respuesta. A veces, un comportamiento se inicia en un observador por los indicios que le da el modelo. El niño compara el comportamiento observado en otros con uno que ya  pertenece a su repertorio. Parece como si el comportamiento del modelo desencadenara un comportamiento paralelo en el observador. Los estilos que distinguen al maestro como modelo de comportamiento social, es decir o su agresividad, afabilidad, indiferencia, colaboraciòn, tranquilidad, etc., obran como iniciadores de los comportamientos nuevos en el niño o modificaràn o desencadenaràn pautas existentes. El profesor es, sin duda, una figura poderosa para las modificaciones del comportamiento social de los niños. La adquisiciòn de ciertos modos de usar el lenguaje y su significado serìa, segùn Bandura, en parte, el resultado de una modelaciòn en funciòn de la conversaciòn adulta.
Sin lugar a dudas, el aprendizaje social es un componente esencial en el aprendizaje de los niños. Esto viene a reforzar la postura de algunos especialistas, en el sentido de que la educaciòn no solo es un problema tècnico que tiene que ver con  programas de estudios, mètodos de enseñanzas y de evaluaciòn, sino que es tambièn un problema social. Si analizamos el aprendizaje social con detenciòn, nos daremos cuenta que son muchos los modelos a los cuales un niño està expuesto. Resulta contradictorio que se pretenda enseñar a los niños que deben cuidar sus partes ìntima y no dejar que otros las vean o toquen y por otro lado los niños ven pautas de comportamiento de jòvenes de la televisiòn que tienen conductas ajenas a lo que se pretende entregar a nuestros hijos. Estos personajes de la televisiòn son modelos que los niños imitan y tienen un poder deshinibidor de las conductas que queremos evitar en nuestros hijos. Es necesario que nuestras conductas sean constructivas o ejemplos a seguir por nuestros niños. Tambièn es necesario que prestemos cuidado a los programas televisivos que ven nuestros hijos, ya que ahì existen poderosos modelos conductuales que nuestros infantes pueden imitar.

Basado en el libro "Psicologìa para los docentes"
Dennis Child
Editorial Kapelusz

sábado, 20 de octubre de 2012

Motivación de logro

Continuando con el tema de "La motivación", hoy hablaremos sobre "La motivación de logro", siendo este tipo de motivación, el más estudiado en el ámbito del logro escolar.
La motivación de logro, definida como la motivación por tener éxito, por ser bueno en algo. La motivación de logro o necesidad de logro es importante para cualquier tipo de aprendizaje, y no se refiere solamente  al desempeño académico, sino a cualquier actividad en la que la persona desea destacar. Respecto del desempeño escolar la motivación de logro se manifiesta en variadas conductas. Por lo general, los estudiantes con alta motivación de logro en lo académico presentan las siguientes conductas:
  1. escogen compañeros de trabajo de buen rendimiento escolar;
  2. muestran una mayor persistencia en las tareas asignadas;
  3. mantienen altos niveles de rendimiento sin control de docentes y/o apoderados;
  4. escogen tareas de dificultad moderada en lugar de fáciles.
A pesar de que la motivación de logro se ve como una teoría bastante clara en cuanto al rendimiento escolar, el panorama se hace más complicado por la intervención de dos factores que puede tener la motivación en el logro: el factor social y las atribuciones de éxito/fracaso.

El factor social

Si observamos detenidamente a los niños en edad pre escolar, nos daremos cuenta de que la motivación de logro se caracteriza por ser autónoma, es decir, está orientada a una comparación con sus propios logros. En otras palabras,en el caso de un niño que aprende a caminar, él se está comparando con su logro anterior, que era gatear y no se está comparando con otro niño, si aprendió antes o después, mejor o peor. Dicho de otra forma, el niño va logrando pequeñas metas, una tras otra, de lo más simple a lo más complejo, sin saber ni importarle lo que otros niños de edad logran. Sin embargo, cuando el niño hace ingreso al sistema escolar, es posible que la motivación de logro cambie, orientándose a lo social, en donde el logro es comparado con el logro de otros. Esto es fomentado por nuestro sistema escolar, que se caracteriza por ser altamente competitivo. Es más, el logro del niño no sólo es comparado con el logro de sus compañeros, sino con el de hermanos, primos y hasta vecinos. Esto pone a los infantes en una situación particular, porque en un grupo diversificado, solo son ganadores los que obtienen sus logros; en cambio, quién no alcanza lo esperado está a la zaga, no es felicitado, no es valorado como persona, sino que es  arrinconado como un fracasado. Muchos niños en esta situación se desmotivan, porque se dan cuenta de que hagan lo que hagan, no alcanzan las metas de sus compañeros. La competitividad social en la escuela es una generadora de niños desmotivados. Los padres y profesores tenemos el deber moral de apoyar y estimular a aquellos niños que no alcanzan los logros de sus compañeros, de manera que ellos puedan mantener sus metas en alto.Debemos alentarlos a trabajar y hacerlos comprender de que lo que ellos alcanzan es tan importante como lo que alcanzan sus compañeros de mayores logros. Sólo de esta forma, los niños tendrán la suficiente motivación para persistir en la consecución de sus metas.

Las atribuciones de éxito/fracaso

Otro factor que modela la influencia de la motivación de logro en el rendimiento escolar es la atribución que hace el estudiante de su éxito o fracaso. Los niños (y cualquier persona) se desmotivan cuando el alcanzar sus logros se convierte en un continuo repertorio de fracasos. Por el contrario, los niños que ven que sus esfuerzos son recompensados con los èxitos tienden a seguir trabajando para obtener nuevos logros. En estos casos (el de niños que fracasan permanentemente) es conveniente que los docentes les pongamos metas que los niños puedan alcanzar, incrementando las dificultades progresivamente. Cada logro de un niño debe ser estimulado y reforzado convenientemente, poniendo el acento en que estos se logran con trabajo, trabajo y màs trabajo, porque asi es la vida, nada se consigue sin esfuerzo. Toda meta puede ser alcanzada, siempre y cuando los niños sean alentados al trabajo y apoyados en el fracaso. es necesario transmitir a los  estudiantes que los fracasos nos ayudan a crecer, a ver en què fallamos, en definitiva los fracasos son necesarios cuando son bien encauzados y para eso los estudiantes deben contar con el apoyo irrestricto de los adultos. No es bueno enfrentar el fracaso culpando a otros. En la vida de un estudiante, siempre hay una responsabilidad del afectado y esas situaciones podemos remediarlas a pesar de los inconvenientes. Debemos preocuparnos de aquellas cosas que estàn en nuestras manos resolver y no de aquellas en las cuales no tenemos posibilidades de intervenir.

jueves, 23 de agosto de 2012

Persistir, practicar,participar

Han finalizado los Juegos Olímpicos de Londres. En estos juegos pudimos ver día a día el rostro de satisfacción y alegría de muchos deportistas que alcanzaron el podio de los triunfadores. Fueron las estrellas de estos juegos. Ellos o ellas acaparon la admiración de todo el mundo, incluso de quienes compitieron con estos campeones. Muchos atletas participaron en estos juegos, pero muchos se fueron rápidamente de regreso a sus países. Sólo unos pocos alcanzaron los laureles del éxito. ¿Cuál es la diferencia entre estos hombres y mujeres triunfantes y aquellos que ni siquiera clasificaron a la magna competición? Los estudios han determinado que estas estrellas practican tres conductas que los distinguen del resto: persistir, practicar y participar.

Persistir

Persistir, significa mantenerse firme o constante en algo. En la educación de nuestros niños y niñas, debemos inculcar la persistencia como un valor fundamental de desarrollo y crecimiento. Para ello lo primero que debe hacer una madre o un padre, es alentar a sus hijos a trabajar diariamente en sus actividades escolares, sin desmayar. Los padres deben determinar un horario de estudio, el que debe ser siempre el mismo y cumplirlo sagradamente. Además deben preparar un lugar para esta actividad. Una forma de enseñar la persistencia es hacer del estudio una actividad permanente, tenga el niño tareas o no las tenga ; en este caso el infante puede repasar la materia que trató en el día. Muchas veces el niño no tendrá el suficiente ánimo para trabajar o estudiar; es en estos momentos en que debemos apoyarlo y estimularlo a realizar su actividad a pesar de todo. El momento del estudio es una obligación, no debe dejarse de lado.Debemos ayudar a nuestros hijos a comprender que la persistencia es una de las virtudes que lleva al éxito. Recuerde que lo contrario de persistir es abandonar. No permita que sus hijos abandonen el trabajo escolar en casa. Los estudios demuestran que así como esos deportistas olímpicos hacen de la persistencia una forma de vida que los lleva al triunfo, los niños que persisten en sus tareas llegan al éxito académico

Practicar

Practicar se refiere a ensayar, entrenar una actividad o conocimiento. Desde esta perspectiva podemos señalar que todo aquello que nuestros hijos aprenden en sus distintas materias debe ser practicado. Si un alumno aprende a multiplicar, debe practicar multiplicaciones, de manera tal que este conocimiento sea dominado a cabalidad por el estudiante. El personaje Beremis Samir, de la novela "El hombre que calculaba", logró una extraordinaria habilidad en el cálculo matemático. Dice el relato que este hombre, cuando era pastor, contaba una y otra vez sus ovejas para no aburrirse. Logró tal capacidad contable, que le bastaba mirar a su rebaño para saber cuántas ovejas tenía. Calculaba desde hormigas hasta las abejas de un enjambre. Este personaje practicaba en todo momento sus habilidades matemáticas, aprovechaba cada ocasión  para hacer un cálculo. Esta práctica permanente hizo que beremis Samir fuera uno de los calculistas más prominentes del medio oriente. Asimismo, en todas las áreas de la vida, debemos practicar o ensayar lo aprendido, sea en el campo del deporte, del conocimiento, de las habilidades motoras o de los afectos. Practiquemos con nuestros hijos las tablas de multiplicar, el cálculo matemático cuando vamos con ellos al supermercado, la lectura de afiches, carteles, diarios y revistas, comenten el concurso de conocimientos de la televisión, en fin cada momento y lugar es una oportunidad de hacer practicar a los niños lo que han aprendido.

Participar

Por participar, podemos entender "como compartir la opinión, sentimientos o cualidades de otra persona". En el ámbito educativo, un estudiante participa cuando comunica su saber al resto de sus compañeros. El profesor los hace participar haciéndole preguntas, planteándole desafíos a su inteligencia, pidiéndole su opinión sobre lo tratado. Es importante que los alumnos opinen y demuestren lo que han aprendido, de esta manera él y sus compañeros participan de lo captado, de esa manera aprehenden el conocimiento y no solo aprenden, asi como los atletas participan de las competencias y el público participa con ellos alentándolos y disfrutando de sus destrezas.El deportista se motiva cuando participa y ve que otros participan de sus hazañas. Los padres deben participar de los aprendizajes de sus hijos, preguntándoles qué es lo que aprendieron y lo que hicieron en la escuela. Debemos hacerles saber que la labor educativa es tarea de todos, que no están solos en esta aventura, que tienen una familia que participa de sus actividades, que los apoyan en sus fracasos y  comparten sus éxitos. El éxito o fracaso escolar también es nuestro éxito o nuestro fracaso.

martes, 31 de julio de 2012

Motivación y aprendizaje

          En el artículo anterior inserté un extracto del libro "La Educación" de Elena G. de White. Ello, porque es importante comprender que la madre y el padre constituyen los pilares fundamentales en la educación de nuestros niños. Si bien es cierto que la motivación constituye un importante impulso al aprendizaje, ella no exime de responsabilidad a los padres: somos nosotros los primeros y más importantes agentes educativos de nuestros  hijos.

        Debemos señalar, en primer lugar, que la influencia que ejercen los factores de la motivación no siempre es clara y precisa. La motivación no es una panacea que necesariamente nos llevará al éxito. En el camino al logro de nuestras aspiraciones influyen múltiples factores, unos más preponderantes que otros, pero factores intervenientes al fin y al cabo. No importa cuán motivado esté un niño por llegar a ser un veterinario si no cuenta con los estímulos y el apoyo necesario a lo largo del camino que existe entre  su deseo y la meta de lograrlo.

       Los numerosos deseos, metas, objetivos, impulsos, esperanzas y anhelos que mueven las fuerzas de la motivación en la vida de un niño o un adolescente, no siempre operan todos en la misma dirección. Más aún, muchos de los motivos que impulsan la conducta de los jóvenes en la sala de clases, en gran medida, están fuera del manejo y control del profesor. En este caso es típico el deseo de aprobación de sus compañeros o pares lo que constituye el motivo de conductas no adecuadas al trabajo en el aula. Aquellos jóvenes que en ocasiones realizan algún acto de desacato a la autoridad, generalmente, están tratando de obtener la aprobación del grupo de amigos y no la de sus padres o maestros. Es decir, su motivación es la aprobación social de sus pares.

         Todo lo anterior a llevado a los especialistas a clasificar la motivación en  motivación intrínseca y motivación extrínseca.

         La motivación intrínseca (interior) es aquella que el niño tiene dentro de sí. El estudiantes tiene motivos para el logro del aprendizaje por el sólo hecho de sentir la satisfacción del deber cumplido, de saberse capaz de realizar una tarea solamente porque lo hace sentirse bien. Hay niños que buscan la permanente superación como una forma de vida.

         El amor a una actividad determinada hace que muchos niños y jóvenes se esfuercen por alcanzar la excelencia. Tal es el caso de los deportistas y artístas; que se esfuerzan por concretar sus metas por el amor a esa actividad. Es así como dedican gran parte de su tiempo para ejercercitar su arte o deporte favorito. En el ámbito académico, el gusto por alguna materia en especial permite que el estudiante trate de adquirir el mayor conocimiento posible de esa materia. En estos casos lo que está primando es la motivación intrínseca, esto no quiere decir que estas personas no necesiten de la motivación extrínseca (exterior), muy por el contrario, la motivación extrínseca fortalece la motivación interna. Muchos talentos se pierden, porque no fueron apoyados por las personas que los rodean. Muchas veces escuchamos a deportistas que relatan: sin la ayuda de mi padre, no habría llegado donde estoy.

        La motivación extrínseca, por su parte exige el compromiso permanente de quienes rodean al niño. Es más, todos los seres humanos necesitamos que se nos motive de distintas maneras. Muchas veces solo es necesaria una felicitación, una palmada de afecto o un reconocimiento público. Cuando los niños son acogidos tiernamente por el esfuerzo que han realizado para la obtención  de sus logros, lo más probable es que tiendan a seguir esforzándose, porque sienten que son valorados por ello. Es importante tener claro, que debemos motivar  a los niños por su esfuerzo y  persistencia. Motivar a un niño centrándose solamente en las capacidades personales es un error, ya que el éxito en lo académico y en la vida es una combinación de capacidades y esfuerzo. Muchos talentos se pierden, porque sus capacidades fueron valoradas por sobre el esfuerzo. Con frecuencia los profesores escuchan de padres expresiones como: "el niño no realiza sus actividades, pero es inteligente". Esta expresión desecha el esfuerzo, y tarde o temprano, a medida que el grado de dificultad de las tareas académicas aumente, la sola capacidad no bastará para lograr el éxito. Esta es la gran diferencia entre los que triunfan y los que fracasan. Muchas veces hemos visto a jóvenes talentos deportivos convertidos en eternas promesas, por el solo hecho de que fueron indisciplinados, o poco perseverantes en sus entrenamientos. Por otro lado encontramos personas con menos talento, pero que con disciplina y perseverancia logran alcanzar el éxito en las metas que se han planteado.

          De lo anterior, podemos sacar algunas conclusiones importantes para nuestra tarea como padres o educadores:

  1. La motivación es el impulso que nos lleva a realizar algo. En ese sentido debemos motivar permanentemente la labor académica de nuestros niños. Esto es válido, tanto para los padres como para los docentes.
  2. Es necesario estimular a los niños por su esfuerzo y preseverancia ya que estas dos cualidades son un pilar fundamental para desarrollar las capacidades. La combinación de esfuerzo y capacidades nos permitirá enfrentar de buena manera los desafíos futuros.
  3. Si bien es cierto que existe una motivación interna, ella no excluye la motivación externa, que es la que realizamos desde fuera. La motivación externa fortalece la motivación interna y hace que el estudiante tenga una razón fundada en los afectos para realizar sus deberes escolares.
  4. La motivación por si sola no necesariamente lleva al éxito, también el niño debe tener las capacidades para el logro académico. En general la mayoría de los niños y niñas tienen la sufieciente capacidad cognitiva para el logro académico. Sin embargo, el esfuerzo constante puede hacer que un niño con menos capacidades cognitivas logre alcanzar las metas académicas.
        Finalmente debemos consignar, que cada niño o niña necesita del afecto incondional de sus seres queridos (familia). Hay una tarea que por si misma es generadora de motivos para que los infantes hagan lo que esperamos de ellos: darle el amor y la atención que necesitan. Esto es una necesidad como lo veremos en el próximo artículo.

       

sábado, 14 de julio de 2012

El estímulo y el elogio

                                       

A los niños les gusta la compañía, y raras veces quieren estar solos. Anhelan simpatía y ternura. Creen que lo que les gusta  agradará también a la madre, y es natural que acudan a ella con sus menudas alegrías y tristezas. La madre no debe herir sus corazones  sensibles tratando con indiferencia  asuntos que, si bien son baladíes para ella, tienen gran importancia para ellos. La simpatía y aprobación de la madre le son preciosas. Una mirada de aprobación, una palabra de aliento o de encomio, serán en sus corazones  como rayos de sol que muchas veces harán feliz el día.

Elena G. de White